Al consumarse la adhesión, hoy, serán 134 comunidades en 13 municipios

Esperan hoy en Miahuichán (San Luis Acatlán) al gobernador, que en discurso apoya la iniciativa

MARGENA DE LA O (Enviada)

Miahuichán, 24 de noviembre. “El derecho de todos es vivir en libertad”, se lee en una casa blanca de paredes de adobe de Miahuichán, San Luis Acatlán, pequeña comunidad mixteca sede de las actividades por los 17 años de la Policía Comunitaria.

“¡Zapata vive, la lucha sigue!”, se oye de una voz de niño del grupo de Atenco –reconocido por los machetes en alto en la mano izquierda–, de camino a la plaza, donde hubo cinco mesas de trabajo que organizaron los nueve coordinadores de las tres casas de justicia de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), ubicadas en la cabecera de San Luis Acatlán, Espino Blanco (Malinaltepec) y Zitlaltepec (Metlatónoc): Organización de mujeres comunitarias, Encuentro de experiencias en seguridad y justicia, Defensa del territorio, Experiencias y posibilidades de nombramiento de autoridades municipales por usos y costumbres, y Represión al movimiento social.

Contingentes de otras organizaciones, como Tlachinollan, Ceteg, La Parota, Xochistlahuaca y Ayotzinapa, se ven en las pequeñas calles entre los policías comunitarios vestidos de playera verde olivo y guaraches.

A los 17 años, en el acto inaugural, la noticia que predominó es que el territorio de influencia comunitaria (104 comunidades en 13 municipios de la Costa Chica y La Montaña) crecerá, pues se suman 30 comunidades mixtecas de Ayutla. Mañana (domingo) se les tomará la protesta.

De esas 30 comunidades, sólo han llegado a Miahuichán, hasta hoy, representantes de unas 20. El resto no ha podido. Hasta el último minuto de ayer (viernes), la delincuencia organizada lo ha impedido, denunció el promotor de la CRAC en las comunidades de Ayutla, Arturo Campos Herrera, sin dar más detalles, porque prefiere que mañana lo informen los afectados directos.

Aclaró que el hostigamiento de la delincuencia organizada a los pueblos de Ayutla creció en los pasados 15 días.

Sólo aclara que Ahucachahue es la comunidad más grande de la parte baja de Ayutla, mestiza, con problemas fuertes de delincuencia organizada. Coapinola (la madre de las comunidades mixtecas), La Concordia y El Charco ya están presentes.

Para ser libres, comentó, las comunidades se han decidido y organizado para darse la seguridad que los gobiernos no han podido darles. En las comunidades de Ayutla, los delitos más comunes son asalto en los caminos, robo de ganado y homicidios. En asambleas, los habitantes de cada comunidad mixteca eligieron de entre sus hombres a entre 8 y 16 policías, según el número de habitantes.

Ese principio de libertad por medio de la organización de sus pueblos contra la delincuencia, según Valentín Hernández, asesor de CRAC, lo han entendido otros municipios de Guerrero afectados por el crimen, como Olinalá y Huamixtitlán, y comunidades de estados vecinos, como Cherán, Michoacán, que estuvieron en la mesa de Encuentro de experiencias en seguridad y justicia.

“Estamos planteando cómo apoyarnos, cómo fortalecer los procesos que se están dando en esas regiones. Los llamamos a que se resistan, a que se mantengan y a que continúen consolidando sus procesos”, explicó.

Dijo que la coordinación y acompañamiento siempre es en respeto a las acciones de cada municipio, porque las causas que los encauzaron a la organización son distintas. En Huamuxtitlán y Olinalá, los habitantes se organizaron para crear sus grupos de autodefensa contra la delincuencia organizada.

Felícitas Martínez Solano, consejera de la CRAC, en el discurso inaugural mencionó las razones y causa de la organización comunitaria: “la justicia para nosotros implica la posibilidad de tener salud, educación y el fortalecimiento de nuestras culturas, diversas, desiguales”.

Se espera para mañana, según la planeación de los coordinadores, el acto más fuerte de estos 17 años de la creación de la CRAC, en la que incluso se espera la presencia del gobernador Ángel Aguirre Rivero, que en el discurso se ha manifestado por el sistema comunitario como el método para combatir la delincuencia en los pueblos, pero en los hechos no ha dado más apoyo.