Obligó a detenidos a firmar documento comprometiéndose a no protestar, acusan
Presentaron los agredidos queja en Derechos Humanos “por la agresión y la represión”
MARGENA DE LA O

Chilpancingo, 11 de noviembre. Para liberar a los cinco normalistas de Ayotzinapa ayer (sábado) por la tarde, a quienes detuvo la Policía Federal (PF) en el punto de Casa Verde, rumbo a Tlacotepec, donde boteaban, la procuradora estatal, Martha Elva Garzón Bernal, les hizo firmar un documento comprometiéndolos a no volver a protestar.

Cuatro de los estudiantes golpeados, junto con la dirigencia estudiantil de Ayotzinapa y organizaciones sociales, dieron una conferencia de prensa en la normal, para repudiar la represión y culpar a los gobiernos estatal y federal de lo que suceda más adelante a los normalistas, porque es obvio, denunciaron, que están coludidos con el propósito de desaparecer la normal Raúl Isidro Burgos.

Los normalistas golpeados y detenidos presentaron una queja ante la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (Coddehum), por la agresión y represión.

Los estudiantes relataron la agresión. Antonio Leonel Aguilar Mejía tenía el ojo derecho hinchado hasta parecer rasgado, entre dos moretones que llegaban hasta la frente y la mejilla del mismo lado del rostro. Contó siete patrullas y un camión de policías federales que los cercaron en el lugar donde boteaban, como a mediodía, y comenzaron a disparar al aire y al suelo para replegarlos.

Pedro Alberto Flores Valencia, otro de los detenidos liberados ayer mismo a las 15 horas, aseguró que los policías federales los rebasaban en número, y pronto lograron someter a los que estaban enfrente (entre esos, ellos) de la barricada que los normalistas levantaron para defenderse. Calculó que eran unos 70 u 80 policías.

La comisión de normalistas de primero y segundo año enviados a botear para reunir dinero y realizar las protestas del 14 y 30 de noviembre próximo, en recuerdo de la represión de sus compañeros de la generación 2007 en el Congreso local y la caseta de La Venta, era de 36, según comentó Diego Castro Domínguez, dirigente estudiantil de Ayotzinapa.

Flores Valencia dijo que los otros tres normalistas golpeados, detenidos y después liberados por la procuradora que los hizo firmar un documento en el que sólo saben los hacían prometer no volver a protestar, son Víctor Iván Antonio Clemente, Jesús Sánchez Rodríguez y Aldaír Saldaña Hernández.

Aguilar Mejía agregó que además de que los golpearon en camino de Casa Verde a la PGJE, los policías federales deslizaban hojas filosas en sus orejas, al tiempo que los amenazaban con cortárselas. Flores Valencia comentó que por momentos creyeron que se las amputarían, y es que no veían qué pasaba realmente porque, aclaró, los cubrieron con unas cobijas.

Castro Domínguez, durante la conferencia de prensa, dijo que esta nueva represión contra los normalistas de Ayotzinapa es prueba “del verdadero autoritarismo y la criminalización de la lucha social desde el priísmo”. Pronosticó un escenario de más hostigamiento y persecución en Guerrero con Enrique Peña Nieto como presidente de México, con el apoyo del gobernador Ángel Aguirre Rivero, quien “ni siquiera dejó pasar un año del crimen de nuestros dos compañeros (Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera Pino) y ya nos volvió a agredir”.

Dijo que precisamente porque ya se acerca el primer año del crimen de sus compañeros en la autopista del Sol les agredieron.

Arturo Miranda Ramírez, egresado de Ayotzinapa en la generación de Genaro Vázquez, y miembro de la Comisión Civil de Interlocución entre Ayotzinapa y el gobierno estatal, consideró que esta represión deja en evidencia la relación que existe entre el gobierno federal y estatal.

“Lo que pretendieron hacer ver circunstancial el 12 de diciembre (de 2011), hoy (ayer sábado, con la golpiza y detención de normalistas) se confirmó que fue premeditado y alevoso”, soltó el académico. Es posible, agregó, que la detención fue concertada anticipadamente por el estado y la Federación.

Dio algunos ejemplos de su sospecha, el primero, es que los estudiantes no bloquearon el camino hacia Tlacotepec para asignarles un delito, y segundo, fueron detenidos por policías federales y llevados a la Procuraduría del estado.