lunes, 26 de noviembre de 2012

Formalizan 27 pueblos de Ayutla adhesión a la Policía Comunitaria


El gobernador, que confirmó su asistencia al acto, no llegó, informan organizadores

Filemón Navarro y Sofío Ramírez fueron blanco del bombardeo de muestras de repudio al gobierno

MARGENA DE LA O (Enviada)

Miahuichán, 25 de noviembre. “¡Gobierno farsante, que matas a estudiantes!”, llamaba a la consigna Ignacio del Valle, de San Salvador Atenco, frente al secretario de Asuntos Indígenas, Filemón Navarro, y el senador Sofío Ramírez, quienes acudieron de invitados especiales al acto central de los 17 años de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC-Policía Comunitaria).

Los asistentes, que abarrotaron el lugar procedentes de comunidades de la Costa Chica y La Montaña, y organizaciones sociales, respondieron en coro y dejaron en evidencia su desaprobación a los representantes.

Navarro y Ramírez llegaron juntos a la plaza de Miahuichán, repartiendo abrazos y apretones de mano. El senador aceptó café de los habitantes y recorrió el lugar. El gobernador tenía confirmada su asistencia, pero no llegó.

Después, ambos vieron la toma de protesta de policías de 27 comunidades de Ayutla que se incorporaron a la CRAC, que quedaron distribuidos en dos casas de justicia, las de Paraíso y de Ahuacachahue. Algunas comunidades sumadas al territorio comunitario son San Antonio, Coapinola, Vista Alegre, La Concordia, El Charquito, El Charco, La Fatima, San Felipe, Pozalapa, Tonalá, El Zopote, Atocutla y Coxcatlán de San Pedro.

El promotor de la CRAC en Ayutla, Arturo Campos Herrera, dejó claro el interés de las nuevas comunidades: “en Ayutla no hay un interés político y económico. Este proyecto es del pueblo, porque no queremos ser presidentes municipales, ni diputados”.

En la toma de protesta, el mismo contingente de Atenco gritaba “¡la CRAC vive, la lucha sigue!”, y los demás lo seguían. El comandante de la casa de justicia de Espino Blanco, perteneciente a Malinaltepec, Claudio Carrasco, encargado de hacerles el juramento de protesta, aseguró que hace 17 años, cuando nació, la CRAC fue hostigada y discriminada por los gobiernos estatal y federal: “estábamos pequeños; ahora somos hombres que queremos ser gigantescos, con la ayuda de la gente”.

Cuando los nuevos policías comunitarios se despedían y se disolvía el muro humano que tapaba la mesa del presidium, desde atrás se asomaban las caras de Navarro y Ramírez, y los de Atenco –que emocionados despidieron al contingente anterior–, gritaron, mientras los señalaban con el índice: “¡Esos son, esos son, los que chingan la nación!”.

Las acusaciones crecieron: “¡Ángel Aguirre, asesino de estudiantes!”, “¡Ni perdón, ni olvido, castigo a los asesinos!”, “12 de diciembre no se olvida”, y “¡Ayotzi vive, la lucha sigue. Gabriel y Alexis viven, la lucha sigue!”.

Por el altavoz se oyó que los coordinadores de la CRAC pedían que el representante del gobernador, Filemón Navarro, interviniera. Con rechiflas los asistentes decían que no, pero aun así pasó al micrófono. Enseguida el bombardeo de rechiflas y consignas de “¡Asesinos!, ¡Asesinos!”.

Por el altavoz se oían frases poco claras del secretario, con voz quebrada, como cuando se está a punto de llorar. Entonces intervino el párroco Mario Campos Hernández, uno de los fundadores y promotores de la CRAC, quien pidió respeto para el secretario porque ellos lo invitaron.

Navarro repitió lo que nadie escuchó. Dijo que él, cuando era diputado federal, pidió justicia por el caso Ayotzinapa, y que el gobernador, en su gobierno interino, reconoció a la CRAC y está dispuesto a seguir apoyando; anunció que serán construidas las tres primeras casa de justicia, y que se dará uniformes a mil 200 policías.

El propio Ignacio del Valle lo atajó: “12 de diciembre no se olvida, ¿eso es ser coadyuvante?”. Terminó su discurso y se sentó.

El senador también aceptó participar; corrió la misma suerte con las rechiflas, que trató de disminuir con un discurso bonachón, pero terminaron por bombardearlo cuando dijo que el gobernador siempre ha apoyado a la CRAC.

Los 17 años de la CRAC

A primera hora, los mil 200 policías escucharon el sermón en la misa de los curas de territorio comunitario, encabezados por Mario Campos Hernández, quien insistió en que la fuerza de la CRAC no son las armas, sino la unidad, y que el gobierno de México mandó a traer asesores de Colombia para acabar con el narcotráfico “cuando en la Costa Chica y La Montaña hemos demostrado que hay policías excelentes, que incluso han dado su vida para defender a sus comunidades”.

En la homilía, Francisco Javier Sánchez Cruz, párroco de Santa Cruz del Rincón, también mencionó los principios de la CRAC y sus fortalezas a partir de ellas: “para nosotros, los pueblos, es importante nuestra organización; es vital que los pueblos se unan. El gobierno federal quiere acabar con nuestras costumbres y ha inventado formas para realizarlo. Enrique Peña Nieto es un represor, sabemos cómo gobernó en el estado de México, y que no le interesa que nuestros pueblos avancen; por eso tenemos que estar pendientes, no caer en la trampa; querrán darnos mucho dinero para dividirnos”.

La manera que el gobierno federal busca dividirlos, dijo, es empujando el asentamiento de mineras en Costa Chica y La Montaña, porque “somos un pueblo rico, pero la riqueza sólo está en unas cuantas manos. Nuestras tierras son ricas, tenemos minerales, los tenemos aquí, y nos los quieren quitar. “¡No a las empresas mineras!”.

Los policías comunitarios también marcharon por las veredas que tiene el pueblo a manera de calles, de polvo suelto y rojo que mancharon sus botas y guaraches. A los tres surcos de hombres vestidos de playera verde olivo se les vio bajar y subir de las partes más altas a la redonda de

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